Hacia fines del siglo XX, la dinámica social de El Agustino mostraba los efectos de dos procesos que impactaron al Perú en la década de los noventa: las secuelas del conflicto armado interno y la adopción del modelo neoliberal de desarrollo. Los años de violencia sembraron temor y desconfianza entre los agustinianos y debilitaron las redes de organización social. Contribuyó en esto la aplicación de las políticas de ajuste estructural de 1990 que elevaron drásticamente el costo de vida y dejaron sin empleo a miles de trabajadores. La gente se empezó a mostrar escéptica y rechazar la actividad política, y la ideología neoliberal irradió la creencia en que el esfuerzo individual y la hegemonía de las leyes del mercado eran el principal y más efectivo factor de desarrollo.

En ese contexto, SEA animó un proceso de diálogo social entre los distintos actores sociales y políticos de El Agustino con la finalidad de consensuar cuáles eran los principales problemas del distrito, la determinación de alternativas de solución y la formulación de una visión de futuro que los comprometiera. De esta manera, a partir de 1995, se realizaron encuentros y foros públicos con el propósito de fortalecer el tejido social y restablecer la participación ciudadana en un proyecto de desarrollo del distrito a largo plazo. Entre las iniciativas cabe mencionar al Movimiento Acción Ciudadana contra la Pobreza y por el Desarrollo Humano (1995), Encuentro Distrital Hagamos de El Agustino un lugar para vivir mejor (julio de 1998), Foro Distrital Diálogo Social para el Desarrollo Social (agosto de 1999), Encuentro Jóvenes de El Agustino rumbo al tercer milenio (octubre de 1999). Todo este proceso contribuyó a la articulación de las organizaciones de la sociedad civil agustiniana, dispersas entre sí como consecuencia del contexto político y económico de la década de los noventa.

Con la caída del régimen autoritario fujimorista y el retorno a la democracia, se abrió un escenario más favorable a la participación ciudadana y al fortalecimiento de los gobiernos locales. En esa perspectiva, en las elecciones de 2002, los diagnósticos y las agendas de trabajo generados en los años previos dieron forma al Primer Pacto de Gobernabilidad Distrital. Las organizaciones sociales consensuaron cuáles debían ser los ejes para el desarrollo distrital a mediano y largo plazo, y solicitaron a los candidatos a la alcaldía comprometerse con ellos. Esa práctica de concertación política se ha mantenido hasta la actualidad, cuando recientemente con la campaña electoral 2018 se ha firmado el V Pacto de Gobernabilidad.

Desde sus orígenes con las ocupaciones de terrenos a fines de los años cuarenta hasta la actualidad, al recorrer la historia de El Agustino reconocemos una trayectoria ciudadana ejemplar. Organizaciones y personas ejerciendo sus derechos y deberes, y dialogando para responder colaborativamente ante los desafíos de cada época. Hacer memoria de ese camino es rendir justo reconocimiento a quienes han sido los forjadores de El Agustino, pero a la vez es transmitir una tradición que siembre esperanza, respalde la acción ante los retos del presente, y proyecte el sueño de un distrito próspero, fraterno y justo.

Para reflexionar

¿Qué significa ser ciudadano de El Agustino?
¿Qué compromisos demanda el actual contexto político distrital?

Para conocer más

  • Cotera, Alfonso. Diálogo social para el desarrollo local. Una experiencia realizada en el distrito de El Agustino. Lima: Servicios Educativos El Agustino, 2000.
  • Sota, Raúl. Los pactos de gobernabilidad en el distrito de El Agustino. Una experiencia de democracia participativa. Tesis de maestría en Ciencia Política y Gobierno. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 2017.
  • Tanaka, Martín. “La Participación Social y Política de los Pobladores Populares Urbanos: ¿Del movimientismo a una política de ciudadanos?: El caso de El Agustino”. En El poder visto desde abajo. Democracia, educación y ciudadanía en espacios locales. Lima: Instituto de Estudios Peruanos, 1999, pp. 103-153.