El Agustino fue uno de los distritos de Lima más afectados por el terror impuesto por Sendero Luminoso. La tercera unidad reconstruye ese proceso de los años ochenta centrándose en ver las respuestas que la ciudadanía construyó para defender la paz. La infiltración de los cuadros senderistas en las organizaciones populares y el hostigamiento contra sus dirigentes se volvió en una situación cotidiana. La situación se volvió intolerable cuando, en 1989, la regidora aprista María Elías Huapaya fue asesinada. Ante este hecho, la parroquia convocaría a las organizaciones populares y los partidos políticos a realizar una marcha de rechazo al ejercicio de violencia de Sendero Luminoso, pero a la vez cuestionando las causas que perpetuaban la pobreza y la injusticia. “¡No matarás ni con hambre ni con balas!” fue el lema de esta movilización masiva de los agustinianos.